Adicción a Internet

Los adictos a Internet podrían llegar a más de 30 millones en todo el mundo, para variar en México no hay investigaciones ni estadísticas oficiales al respecto, pero si consideramos que según la AMIPCI el promedio diario del Internauta Mexicano es de 5 horas conectado al web y que es una hora más de lo que se reportó en 2012, quiere decir que consideramos un adicto a todo aquel que este sobre el promedio, supongamos que solo agregamos una hora más eso quiere decir que una cuarta parte de su vida la dedica a esta actividad.
El problema radica cuando se la pasan conectados a sus smartphones y tabletas, legiones y legiones de niños y jóvenes, dejando de convivir y desarrollar relaciones personales, si consideramos que actividades que realizábamos de niños como ir a los Boy Scouts y convivir con otros niños de la edad, así como realizar actividades o sin ir más lejos jugar policías y ladrones o bote pateado y ahora vemos que la actividad principal radica en estar conectado a redes sociales y estar usando video juegos sin siquiera platicar en la comida o mantener un dialogo por más de 30 minutos sin la necesidad de estar «conectado» es preocupante.
¿Cómo distinguir a un adicto al internet?:
  1.-  El sujeto se va aislando de la familia, se encierra en sí mismo porque piensa constantemente en conectarse a Internet. Para solucionar este tema es positivo poner la computadora en una zona común de la casa, es un error de ponerlo en la habitación del hijo, de esta forma, es más difícil que puedan saber qué hacen sus hijos en la red.
2.-  El sujeto se la pasa pegado a su smartphone o tableta como parte de su rutina diaria, de tal forma que todo lo demás pasa a un segundo plano y su interés por Internet se convierte en el centro de su vida. Para solucionar esto se le debe literalmente quitar el dispositivo a la hora de la comida, cuando se retiran a dormir y cuando deben estar conviviendo en una reunión o fiesta, igualmente hablar con los profesores para saber si lo hace en el salón de clases y en caso de que lo haga castigarlo quitándole el aparato.
3.- Sufre ansiedad en caso de no poder conectarse a Internet y se comporta como si fuese una tragedia. El bajo rendimiento en los estudios es habitual en alguien que tiene adicción a Internet. Para prevenir este punto es positivo eliminar Internet de casa y mejor potenciar el uso de la enciclopedia como herramienta de consulta en los estudios. También es adecuado contar con un profesor particular para que apoye al adolescente en las asignaturas que va atrasado.
4.- El carácter del afectado cambia, se vuelve irascible y sufre cambios bruscos de humor. Muestra menos interés por las relaciones sociales y se muestra ausente y distante en eventos de grupo. En estos casos, los padres tienen que hablar con el joven sobre esta situación para ayudarle a tomar conciencia de que algo no va bien. La comunicación mejora las relaciones familiares y la salud emocional de sus miembros.
5.- Las nuevas tecnologías representan para el adolescente una posibilidad de perderse en un mundo de fantasía para huir de la rutina cotidiana. De esta forma, se produce una paradoja: a través de las redes sociales y de Internet, los adolescentes no se muestran tal y como son en realidad, sino que muestran una imagen artificial de sí mismos (lo que muestra una baja autoestima). En ese caso es recomendable apoyarse con un especialista tipo terapeuta dónde no solo el sujeto sino toda la familia debe asistir a las terapias y seguir las recomendaciones.
6.- Otras recomendaciones es igualmente que muchos padres de familia, inscribirse  Facebook, Twitter, etc., para vigilar lo que hacen sus hijos, revisando los muros y fotos que comparten.
Es sumamente importante informar a sus hijos sobre lo importante que es proteger su vida privada evitando la publicación de fotografías personales en las redes sociales así como restringir a quién le dan acceso y evitar publicar información que pueda ver cualquiera.
7.- Si el hijo es menor de edad mi sugerencia es condicionar el acceso a redes sociales a que de permiso al padre de estar dentro de su red, ya que entre los menores de edad existe el problema latente del contenido inapropiado.
Finalmente me queda expresar que si bien en realidad aún no se establece si es solo un mal hábito en el uso de la tecnología o de plano ya es una patología, sin embargo conforme pase el tiempo la tecnología más se meterá en diferentes aspectos de nuestra vida querámoslo o no.
Existe ya una ley de protección a los datos personales, pero no es suficiente porque ya hay dispositivos como lentes y relojes con conexión a internet y su uso para varios fines también debiera estar legislado; al final de cuentas la tecnología es neutra, ni todo es malo ni bueno, en una tableta se pueden cargar literalmente miles de libros y videos que ayudan a los niños desde tipo plaza sésamo, hasta national geographic, animal planet, etc., de hecho es mucho mayor el contenido positivo disponible que el inapropiado, sin embargo este último puede llegar a ser muy peligroso.
Mis conclusiones son:
i.                     El uso excesivo o compulsivo de Internet es inapropiado.
ii.                   Todo menor de edad debe tener condicionado el uso de dispositivos con conexión a internet.
iii.                  Al igual que otras conductas adictivas se debe tratar con apoyo profesional y de seres queridos
iv.                 No permitir que interfiera con la sana convivencia cotidiana.
v.                   Restringir el tiempo de conexión para fines de ocio.

REFLEXIÓN FINAL DE Y. BERG

Reconocer que, sea lo que sea que queramos alcanzar en la vida no podemos hacerlo solos es algo que nos hace ser humildes.

Las otras personas son esenciales para nuestro éxito, sin importar el área en la que deseemos sobresalir. Ya sea en los negocios, en la familia, en cuestiones de salud y en la espiritualidad, para poder volvernos mejores, necesitamos personas que nos ayuden en el camino. Un jugador de basquetbol puede tener todo el talento del mundo, pero si dedica todo su tiempo solo en una cancha, al final su crecimiento se verá atrofiado. El jugador necesita compañeros de equipo que lo apoyen y necesita también oponentes fuertes que lo desafíen.

Escoger sabiamente con quiénes nos rodeamos es una de las llaves para abrir el cerrojo a todas las grandes maravillas que el destino nos tiene preparadas. Necesitamos influencias positivas para levantarnos cuando estemos abajo, maestros que nos empujen a crecer y amigos que puedan hacernos reír incluso en los momentos en los que lo único que queremos hacer es llorar.

Fortalecemos esas relaciones a través del poder de la apreciación. Al recorrer el kilómetro extra para estar allí el uno para el otro, creamos un circuito de energía que nos une y nos hace indestructibles.

Es así como podemos superar los desafíos.
Es así como podemos ver nuestros temores cara a cara.
Es así como podemos volvernos mejores personas con cada día que pasa.
Es así como podemos hacer que nuestros sueños se vuelvan realidad.

Con compañeros, creamos vidas mejores para nosotros mientras construimos un mundo mejor para el mañana.

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