1. Al jugar con fuego… –¡ Hey Raymundo! ¡Ven acércate!–. Había un grupo de compañeros que hacía escándalo a cuadra y media de la escuela. Era el gran alboroto entre ellos; algunos miraban repetidamente a su alrededor como si tuvieran el temor de ser sorprendidos. Parecía una jauría de hienas buscando proteger su primera presa en varias semanas. –¡Apúrate, enano!–, gritó uno de ellos invitándolo a su reunión. Cuando llego, le abrieron espacio hasta llegar al centro del afamado grupo. Carlos le dijo: –Órale, ¿de cuáles te gustan enano?–. Carlos se encontraba agachado, apoyando las manos en las rodillas y sosteniendo una revista. –¡Mira nada más enano!, ¿a poco no te gustan?–. Con sus dedos daba vuelta a las páginas. Las piernas le temblaban a Raymundo, y su garganta se le había resecado. Inconscientemente, dio un paso hacia atrás, pero unas manos le empujaron hacia delante; todos se reían y se burlaban de su actitud. 2. Muchos se quema… –¿ A dónde crees que vas, si todavía te falta la mitad de la revista? –Insistió Carlos–. Ándale, escoge las páginas que te vas a llevar a tu casa–. Raymundo comenzó a forcejear para escapar del grupo, pero muchas manos lo detuvieron y otras empezaron a golpearlo. Le llovía una multitud de “cocos” y patadas. Por fin pudo salir de ese lugar y no paró de correr hasta que llegó a una iglesia; ahí pidió a Dios ayuda, y siguió hasta llegar a casa. Cuanto tuvo la oportunidad de platicar con su padre, le contó lo sucedido. Su papá, apenado, comenzó a hablarle de un tema que nunca se había atrevido a tocar. 3. Y algunos mueren… –“ Hoy, tú y yo vamos a platicar como adultos. Creo que debes saber qué es la pornografía y de qué manera daña a la persona. La pornografía destruye, hay mucha gente que la promueve voraz y ambiciosamente. Los medios de comunicación tropiezan por difundir este tipo de material: telenovelas, películas, revistas, periódicos; todo lo enfocan en el aspecto sexual. Tú lo has visto, no hay necesidad de que te lo especifique. La imagen de la mujer es vista como un objeto sexual, sólo para satisfacer el egoísmo del hombre sin pensar nunca en sus consecuencias. Recuerdo que en el año de 1989 fue condenado a muerte en la Corte de Florida (EU) un sujeto con el nombre de Teodoro Bondy, el cual, antes de ser ejecutado, declaró: “Soy un adicto a la pornografía, empecé a los doce años a escarbar en los basureros de los vecindarios en busca de revistas. Cada día mi mente me pedía más, era como una droga que cada vez me exigía tomar más dosis, hasta que llegó el momento en que lo visual simplemente no me saciaba y tuve que empezar a violar y asesinar a mis víctimas”. 4. ¡Guardemos distancia! Su Papa continuó: “La lujuria hijo, es el deseo desordenado por el placer sexual. Lo sexual no es pecado, es un don que Dios nos ha dado para propiciar el amor mutuo en los esposos y favorecer la procreación. Muchos han malentendido este tema de lo sexual y piensan que por ser prohibido causa mayor placer si se hace a escondidas. La pornografía promueve la lujuria, y la lujuria atenta contra los demás porque se les utiliza, se les daña, se les maltrata, se les humilla. La lujuria es uno de los siete pecados capitales a los cuales debemos tenerle respeto y quedarnos a cierta distancia para no caer en sus garras. La lujuria crece cuanto más nos buscamos a nosotros mismos y nos olvidamos de Dios. La lujuria nos hace débiles y egoístas. Una persona que es lujuriosa no tiene voluntad y se mueve a donde le llevan sus pasiones. Por eso, hijo mío, te pido que actúes como un hombre maduro, un hombre sensato que sabe lo que es mejor para su vida. No te alimentes de la bazofia que muchas veces ofrece el mundo para embrutecer. Un verdadero hombre no es el que se deja llevar por las cosas mundanas, sino aquel que es firme en sus convicciones, que respeta a los demás. Recuerda que tú eres hijo de Dios y, como tal, debes comportarte. Vive en castidad, esto consiste en el dominio de sí, en la capacidad de orientar el instinto sexual al servicio del amor y de integrarlo en el desarrollo de la persona. No dejes que la hormona domine a la neurona, sé fuerte, sé valiente, sé santo.
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