¿Cristo vino a traernos la paz o la guerra?
- En la noche de la Navidad los ángeles anunciaron la paz a los hombres de buena voluntad.
- Después de resucitar, Cristo les dijo a sus discípulos en más de una ocasión: “La paz esté con ustedes”; “La paz les dejo, mi paz les doy”.
- Y en el evangelio de hoy él nos dice con todas sus letras que no ha venido a traer la paz sino la guerra.
¿En qué quedamos, pues?
- Pues en que Cristo vino a traernos la paz, pero fundamentalmente con su Padre celestial.
- Y la paz con su Padre (y nuestro Padre) muchas veces significa la guerra.
- Preguntémoselo a esa secretaria que se resigna a no subir de categoría o que tiene que renunciar a su trabajo por no ceder a ciertas insinuaciones de su jefe (por no ofender a Dios, claro).
- Preguntémoselo al hombre de empresa que no se presta a negocitos chuecos, o al empleado público o privado que no quiere jalar parejo con los compañeros y jefes en algo que no está bien.
- Preguntémoselo a la mujer que ha decidido tener a su bebé contra lo que su marido opina, o a la estudiante que ha decidido lo mismo, pese a los consejos de sus amigas.
- Ellos no podrán hablar de esas “guerritas” que vino a traer Cristo, para no mencionar las que tenemos contra nuestro egoísmo, nuestro orgullo, nuestra sensualidad…