Trabajar con honradez, aunque nunca lleguemos a acumular grandes bienes en este mundo…Tenderle la mano a quien nos necesita, aun a riesgo de que alguno “nos agarre el pie” o “nos vea la cara”…Perdonar las ofensas, aunque nos digan que “no tenemos dignidad” o que “somos unos cobardes” … Todo lo demás, a los ojos de Dios, es lo de menos.
Ricos, Sí; Pero De Lo Que Vale A Los Ojos De Dios
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