Hace apenas un año se echó a andar el Microsoft Innovation Center, donde se impulsarán hoy proyectos de IT socialmente útiles. La idea, el objetivo, es construir laboratorios para trabajo colaborativo, donde estudiantes de unas carreras se agrupen con los de otras, para crear cosas útiles, por ejemplo, para la medicina. En el caso de la prótesis para órganos, que ha contado con la colaboración de los trabajos de estudiantes de medicina y diseño.
“El robo con violencia en México es grave”, pretendemos buscar soluciones y masificarlas, a fin de que estas sean accesibles a toda la población. Hoy están desarrollado aplicaciones que te avisan cuándo sucede algo extraño con tu auto, por ejemplo si está siendo robado. Proyectos de este tipo son gracias al apoyo de las empresas como Microsoft y Apple.
En la UDLAP somos una fundación, no ganamos dinero. Todo lo que recibimos como universidad lo invertimos en estos programas. No recibimos dinero de gobierno y tenemos que ser muy creativos para crear soluciones para México.
En los referidos proyectos evolucionan dos temas necesarios: en primer lugar, soluciones que tienen que ver con Internet de las cosas (loT); el otro es el empleo de tecnología para el uso de la sociedad. Son dos temas, pero emanan de una misma raíz.
Actualmente, en el Consejo Consultivo de Innovación y Tecnologías de la institución, participan empresas como Microsoft, Apple, Telcel, Lenovo, Cisco y Oracle. Son estas las que ayudan a impulsar proyectos innovadores, y con el tiempo pueden llegar a establecerse alianzas con el gobierno, para hacer economías de escala y bajar el precio de estas aplicaciones, muy caras de desarrollar aún.
En México, falta penetración e wifi o acceso público, aunque el 53% de la población esté conectada. La pregunta aquí es ¿A qué velocidad?. Un porcentaje mucho mayor tiene un ancho de banda muy pequeño. Lo cierto es que, a estos niveles y deficiencias de conectividad, el Iot podrá crear dos castas: los que tienen acceso a servicios de internet de alta velocidad y los que no.
Por otra parte y aunque el gobierno desarrolle cada vez más aplicaciones para los mexicanos, el problema es que estas se mueren al acabar la administración. En las universidades son proyectos más duraderos, nuestra intensión es que estos tengan un fin social.
En México, tenemos el problema de la no continuidad de los programas. Tenemos que buscar esquemas que blinden los servicios que afectan directamente a la ciudadanía.
A ello se suma la reducción en el presupuesto de gobierno destinado a Conacyt para las investigaciones de este tipo. Según cálculos del propio externo, no hay manera ya de llegar en esta administración el 1% como porcentaje del PIB que había prometido el presidente Enrique Peña nieto.
Esto sucede al mismo tiempo que la educación en México tiene problemas para encontrar inversionistas que apoyen a los investigadores.

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