Fernando Thompson

“Si el papá no tiene acceso a la red social del hijo, el hijo no puede tener red social. Esa es la primera regla, lo que equivale al mundo real a que ‘yo conozco con qué amiga vas a ir a la fiesta, yo te llevo a la fiesta, yo paso por ti a la plaza, veo con qué niño sales’”, apuntó.

El especialista explica que la educación en redes sociales y su uso, así como medidas de seguridad en internet,  viene de la vigilancia y orientación que den los padres. “Se deben revisar los contenidos que comparten, quienes son sus amigos, qué fotografías suben. Nadie va a llevar a su hija de 14 años a un centro comercial en tanga y en brasier, por más que sea su derecho; hay reglas en la vida real que se deben aplicar en la vida virtual, en las redes sociales”.

Lo anterior fue comentado por Thompson de la Rosa como mecanismo para evitar que los menores y adolescentes hagan contacto con personas mayores y desconocidas, con las que puedan establecer una relación.

Sugiere que una vez por mes el padre de familia cheque directamente la cuenta de Facebook, Twitter o cualquier otra red, cerciorándose que todos los contactos que tenga el hijo sean personas que conocen físicamente.

Asimismo establecer un tiempo máximo de cuatro horas para navegar en internet, contraseñas seguras y  aplicar restricciones a contenidos mediante aplicaciones o filtros.

Recomienda, por ejemplo, prohibir a los adolescentes el uso de Foursquare, pues la aplicación unida al contenido de Facebook o Twitter, son un potencial peligro para que caigan en manos de “depredadores” que buscan menores incautos.

Además se debe aplicar en cualquier dispositivo móviles, desde celular, smartphone, tableta hasta iPod,  un programa antivirus y un antiespía, así como restringir la navegación mediante cookies a través de la configuración de los equipos.

Al respecto, Hugo López Álvarez, director de Desarrollo Web y medios sociales de la Udlap, sugiere que los padres busquen capacitación para conocer la manera en la que se configuran cada red social o equipo para evitar compartir información que atente a la seguridad de los hijos, o en su caso, que personas desconocidas les envíen mensajes o los contacten para fines de trata de personas, secuestros o pornografía.

“Los padres no deben confiarse, no sólo es seguirlos en sus redes sociales o actividad en internet porque los niños y jóvenes pueden bloquearlos porque saben todas la mañas”, apuntó.

Finalmente refieren que los niños menores de 13 años no deben tener una cuenta en una red social, sobre todo en México, donde las políticas de seguridad y la impunidad permite que en internet operen sin restricciones bandas que buscan hacerle daño a los niños, invitan a la pornografía y a la trata de personas.

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