Telecomunicaciones en México la triste realidad

La semana pasada escuche un panel donde cuatro personalidades en el campo de las telecomunicaciones nacionales participaron:

El Senador de la Republica y Secretario de la Comisión de Comunicaciones y Transportes, investigadores y académico del CIDE en telecomunicaciones, funcionarios de IFETEL y SCT.
Mucho se ha hablado de la elevada concentración que registran las telecomunicaciones mexicanas, único sector que se ostenta en competencia, a la vez que su principal operador (fijo, banda ancha y móvil) tiene tres cuartas partes del mercado respectivo.

Lo que me llamo la atención es que al final de cuentas coincidimos en que es necesario para avanzar en nuestro país el eliminar la dominancia de Telcel y Televisa. Pero para que eso se dé al mismo tiempo Telcel debe vender sus servicios asimétricos más baratos de lo que hoy vende sus servicios a otros carriers. De lo contrario no habrá forma de que competidores inviertan más.

De lo mejor fue el escucharlos decir y descarar la eliminación de la ineficiente y nunca aceptada triple burocratilla ventanilla entre  IFETEL, SCT y COFECO.

Esperando que el IFETEL sea eficiente y no como COFETEL que le falto oficio y sentido de urgencia para que verdaderamente se de una competencia efectiva en beneficio de todos los mexicanos.

Obviamente habría que seguir todas las recomendaciones de la OCDE para salir del último lugar que hoy tenemos y crecer tanto en la inclusión del 70% de la población con la velocidad de banda ancha que se requiere para eliminar la vergonzosa brecha digital que hoy existe pese a las cifras felices que el gobierno osa publicar.

Esta claro quiénes son las dos empresas más beneficiadas de esta deficiencia regulatoria y de mercado, donde la incertidumbre  ¿Pero quién es el más afectado?
También es claro que el mayor daño recae en el consumidor, particularmente aquellos 53.3 millones de mexicanos ubicados en alguna definición de pobreza.

Si bien los usuarios de clase media alta pueden pagar los servicios a los niveles de precio y calidad que se ofrecen en el mercado, la falta de competencia restringe en mayor proporción la adopción de estos servicios en los segmentos más desfavorecidos debido a su efecto regresivo, limitando el acceso a las personas de ingresos más bajos.


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