Lamentablemente cada vez hay menos alumnos interesados en estudiar una ingeniería, más pocos aún alumnos que se gradúen de Universidad en ingeniería o en Ciencias relacionadas con la química o la física y peor aún un bajo número de especialistas con posgrados en cualquiera de estas ramas.
El tema relacionado con las matemáticas y que no le gustan a la mayoría de los jóvenes tiene una razón de fondo que tiene que ver con el profesor(a) que les enseño desde primaria, secundaria y preparatoria. Yo tuve profesores que no les entendía y que sus métodos hicieron que me costara mucho trabajo entenderle, me frustraba y tuve otros que me encantaba ir a clase porque haciendo exactamente lo mismo pudo aprender en dos meses lo que con otro no pude en 8.
La razón de esta barrera tiene raíces desde hace más de dos décadas y en países como los Estados Unidos también hay baja en las matriculas, aunado a que muchas Universidades en México no tienen buen nivel académico, de hecho pocas Universidades tienen alto nivel académico además de habilidades adicionales que requieren los estudiantes como certificaciones y ágil manejo de lenguas extranjeras.
Recuerdo en mi primaria la primer clase de inglés que tuve fue porque una mama de uno de los compañeros iba a darnos clases, después fui uno de los poco afortunados que mis padres decidieron meterme a una escuela de privada de secundaria y a la par con mi Padre a la fecha las conversaciones son en inglés; sin embargo de mi generación de primaria soy el único o de los pocos con estudios de posgrado y bicultural. Así que tenemos que enfocarnos en tres cosas si queremos cambiar las cosas para el bien del país:
1.- Educar
2.- Educar
3.- Educar
Me parece magnifico que tengamos politólogos, abogados, comunicólogos, escritores, bailarines, actores, artistas y sociólogos; sin embargo los temas de infraestructura, salud, alimentación, ambiente, generación de fuentes de energía verdes y renovables, agua potable, y demás vienen de Ingeniería y/o Ciencias exactas.
Hace poco escribía sobre las claves del éxito profesional y recuerdo que el primer punto hablaba de la PASIÓN, me refiero a tomar las cosas con cariño y resolver situaciones con motivación.
Me pregunto ¿desde cuándo se nos olvidó alcanzar la excelencia?, acaso reprobando alumnos se logra, o bien pasándolos aunque no estén preparados para que llegue a otro grado o año sin los conocimientos se supone debió adquirir. ¿Desde cuándo no se interesa un niño(a) por hacer experimentos divertidos?, ¿desde cuándo el trabajo en equipo con tareas de investigación en campo no es divertido?, ¿desde cuándo escuchar a un Maestro(a) apasionado dejo de ser divertido?.
A mis manos llego un regalo de David Naranjo, un libro titulado Disrupting Class (How Disruptive Innovation Will Change the Way the World. Learns) de Clay M. Christensen (autor de The Innovator’s Dilemma), Michael B. Horn y Curtis W. Johnson.
Dicho libro trata del caótico mundo de la educación, innovación y como debiera ser nuestro nuevo paradigma de instruir y preparar a las generaciones actuales y futuras.
En otro orden de ideas frecuentemente me pregunto:
¿Qué porcentaje de los profesores están listos para aprovechar la movilidad?
¿Qué porcentaje de los profesores están listos para aprovechar la video conferencia?
¿Qué porcentaje de los profesores están listos para aprovechar los medios sociales?
¿Qué porcentaje de los profesores se actualizan cada semestre?
En mi caso llevo tres años dando la clase de Tópicos Selectos de Tecnologías de Información y ninguno de los cursos son iguales, tengo que actualizar el contenido, material y actividades porque cada generación llega más preparada además de que los temas que imparto tienen que ver con tecnología de punta, tendencias de las industria y convergencia; más un grado adicional a partir de este año que fue dar la clase 100% en inglés. A la par tomaba las clases de mi Maestría con profesores que usaban acetatos de hace años, clásica evaluación de un examen y también otros extraordinarios catedráticos que removían mis fibras y estimulaban cada neurona con los temas y experiencias de vida que lamentablemente era solo una sesión por semana.
Mi conclusión es que la clave para tener ingenieros y científicos de alto rendimiento radica en cambiar el actual esquema piramidal, a la par de modificar la forma en la que se dan clases (no todas) y enfocarse con pasión en que los estudiantes adquieran la habilidad de resolver planteamientos aprovechando el tipo de inteligencia que tiene el instruido. Definitivamente debe haber egresados en todas las ramas, sin embargo urge subir la matrícula de egresados trilingües con la capacidad de generar y producir desde el día uno tras su graduación.
Hay que educar a nuestros profesores en los nuevos paradigmas y decantar para que estén frente al salón de clase solo aquellos apasionados, líderes que valoran el privilegio de dar clase y no solo por percibir un sueldo. Profesores que estén dispuestos a percibir su remuneración dependiendo el nivel adquirido por sus alumnos y aprovechamiento a poder comprobar y que estos profesores tengan un salario que les permita vivir decorosamente por hacer lo que les gusta.
Chiste final entre Doctores y Abogados
Terminada la consulta, el doctor le dice a la paciente:
– Bien señora, ya puede vestirse.
Al minuto ella le dice:
– Doctor, y… ¿mi calzón? ¡No está! Si no aparece llamo a mi abogado.
– Señora – dice el doctor-, yo no toqué su calzón, pero ¡tampoco es para que llame a su abogado!
– ¡Pues lo voy a llamar! Aló, licenciado, no dejé por ahí mi calzón???



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